La estimulación temprana es una forma muy efectiva de desarrollar a los bebés en sus primeras etapas de aprendizaje. Se dice comúnmente que los bebés son como esponjas para aprender y es por esta característica lo que hace muy importante ayudar a reforzar lo que se estimula en la guardería.
Para definir las actividades a realizar, es necesario comprender la etapa en la que se encuentra el bebé, ya que de eso dependen las necesidades a cubrir y la zona física y mental a estimular.
Lactantes (0 - 6 meses)
Durante esta etapa de la vida, es cuando la mayor cantidad de conexiones neuronales se forman y es donde se debe establecer una relación afectiva y estable con los padres. Muchas veces, se cree que cuando el bebé está en esta etapa, son ignorantes de lo que sucede alrededor, cuando en realidad sucede lo contrario. Es por eso que si la situación no es de cariño y confianza, el bebé puede llorar en exceso.
Para estimular a los bebés de esta etapa, la lactancia materna es una forma de estimularlos ya que en este momento, la boca es su forma de comunicarse con el mundo comiendo, llorando o incluso riendo.
Temprana Edad (6 - 12 meses)
Durante esta etapa, la relación con los padres debe de ser suficientemente fuerte y apegada para continuar con el proceso de socialización. Es por ello que la estimulación de esta etapa, debe ser incluir al bebé en espacios de socialización como las reuniones familiares, el parque o con los abuelos.
El desarrollo del habla comienza y los bebés balbucean para intentar imitar la comunicación de quien los rodea. Una forma efectiva de estimulación, es responder ante estos balbuceos como si se estuviera conversando. Esto alentará a los bebés a continuar con la comunicación y facilitará el proceso de aprendizaje del habla.
Durante el segundo año (1 - 2 años)
En esta etapa, los niños son más activos ya que disminuyen el tiempo de dormir, la alimentación y aumentan los niveles de energía (son más activos). Durante esta etapa, es ideal que los padres comiencen a establecer pequeños límites en actividades para relacionar los tiempos de cada actividad. Como la hora de jugar o la hora de comer.
Más adelante, después del año y medio, se debe de fomentar a que los niños socialicen y resuelvan pequeños problemas. Esto ayudará a fomentar la creatividad y crear hábitos. Una buena forma de reforzar esto, es cantando una canción a la hora de guardar los juguetes.
Creando Independencia (2 - 3 años)
A la edad de 2 años, los niños son muy activos ya que la mayor parte de su vida han sido cargados por los padres y allegados. Es este el momento en el que se comienza a desarrollar la independencia y por ello hacen carreras, ensayan movimientos saltan y desarrollan más fuerza. Para reforzar su estimulación, debemos de fomentar que exploren por ellos mismos lugares seguros para saciar la curiosidad.
El habla también se ha desarrollado y comienzan a formar ideas complejas. Es en esta etapa donde también se fomentan las razones de las cosas (la etapa del “por qué”). Para estimularlos, cuando un adulto haga una actividad es importante que le narre lo que hace y el porqué lo hace mientras el infante lo observa.