Cómo tratar los cólicos de tu bebé

Para los padres, los cólicos de sus peques pueden ser fuente de frustración y estrés, especialmente porque no está clara ni su causa ni su cura.

En muchas ocasiones el bebé absorbe las experiencias del día y llega a un punto en que su inmaduro sistema nervioso se sobrecarga. 

Como resultado, todos los sistemas de su organismo realizan un esfuerzo excesivo, incluido su estómago, intestinos y músculos. Esto hace difícil que pueda calmarse; por lo tanto, tiene un momento desagradable y empieza a llorar.

Los niños más sensibles tienden a presentar esta tendencia con mayor facilidad, y los cólicos, incluso pueden heredarse entre las familias. 

Afortunadamente, a medida que tu bebé crece y su sistema nervioso madura, podrá desarrollar más habilidades para apartar su mente de algunas cosas y estar más capacitado para calmarse. 

Tips para calmar los cólicos

Mientras tanto, te damos algunos tips de cómo calmar los cólicos de tu pequeño:

Movimiento

Columpiarlo, mecerlo, pasearlo en automóvil, o mecerlo entre tus brazos puede ser una buena opción para que sientan más tranquilidad. El movimiento elimina la inquietud. Experimenta con diferentes tipos de movimiento, ya que todos los bebés son diferentes.

Sonido

Ponle música (no muy fuerte, claro), cantos, ruidos suaves provenientes de un ventilador u otro artefacto mecánico suelen funcionar muy bien.

Tacto

Puedes darle suaves masajes en su espalda, acariciar su estómago ejerciendo una ligera presión y arroparlo con una manta para ayudarlo a calmarse. Que sienta que estás ahí con él y para él.

Déjalo desahogarse

A veces, mientras más cosas se hagan por un bebé, más aumenta su sobrecarga. Entonces, es mejor arroparlo bien, acostarlo y dejarlo que se desahogue solo. Éste es un método especialmente útil cuando tú también comienzas a desesperarte.

Aquí tienes algunas formas de tratar a tu bebé en caso de presentar cólicos. Recuerda que es un proceso y llevará tiempo adaptarse a los cambios. Lo importante es hacerle sentir que estás ahí para él en todo momento. Tranquilízate y apapachalo mucho.