La relación que tenemos con nuestro cuerpo es algo que va cambiando con el paso de los años, cuando somos grandes estamos conscientes de muchas cosas de las que no lo éramos cuando fuimos pequeños, pero cuando somos bebés estamos mucho más conectados con nuestro cuerpo que cuando somos adultos.
Esto pasa por muchas razones, entre ellas el hecho de que ya estamos acostumbrados a ignorar ciertas señales que nos manda nuestro cuerpo, a hacer algunas cosas más porque lo dicta la sociedad o porque así nos educaron en lugar de que sean cosas que en realidad así lo queremos, lo sentimos o lo necesitamos.
Un ejemplo muy claro de esto lo podemos ver con la comida. Cuando somos adultos podemos comer sin hambre solo por convivir con otras personas, podemos comer por antojo después de ver algún comercial o incluso podemos no comer durante horas y aguantar el hambre ya sea por trabajo o por cosas similares que nos hacen creer que tenemos pendientes más importantes que hacer antes de poder pensar en comida, ignorando todas las señales que nos da nuestro cuerpo de que necesita alimento.
Con los niños funciona diferente, ellos son mucho más instintivos y la conexión con su cuerpo es mayor, es por ello que cuando estamos alimentando a un bebé pudiéramos pensar que está comiendo poco, sin embargo ellos comen solo lo que necesitan, ni más ni menos, por eso paran cuando sienten que tienen que hacerlo. Y uno como adulto los puede llegar a forzar a seguir comiendo creyendo que sabemos mejor lo que su cuerpo necesita.
La mejor opción nunca va a ser obligarlos a seguir alimentándose, sino que debemos tener variedad de alimentos en la mesa para que ellos puedan elegir cuánto comer. Algo muy importante que se debe tomar en cuenta es que los alimentos siempre tienen que ser de calidad y saludables para el bebé además de que es necesario poner siempre el ejemplo a los pequeñitos ya que ellos aprenden de esa manera, es mucho más factible que un niño siga un ejemplo a que obedezca una orden viendo que la persona que lo dice hace lo contrario.
El objetivo con la alimentación, sobre todo en los niños y bebés, es asegurarnos de que reciban los nutrientes necesarios, por lo cual no es buena idea que se use la comida como premio o castigo ya que puede crear una mala relación en un futuro con esa persona y sus alimentos. Tampoco obligarlos a comer es buena idea ya que solo lograremos que, desde edad temprana, comiencen a ignorar las señales de saciedad que les manda su cuerpo.
No todos los niños están preparados para comer lo mismo al mismo tiempo, algunos pueden tardar más que otros en adaptarse a ciertas texturas, sabores o incluso olores. Los bebés nacen con su sentido del gusto más sensible, mientras más grandes somo más vamos perdiendo esa sensibilidad, es debido a esto que de adultos podemos comer y tomar cosas con sabores mucho más fuertes sin que nos moleste y, al contrario, hasta lo disfrutamos, cuando de niños era impensable hacer eso porque nos resultaba una experiencia muy desagradable y nada placentera.
En lugar de prohibirle a los pequeñitos algunos alimentos o tacharlos como malos, es mejor enseñarles lo que es bueno para ellos, el tipo de comida que beneficia su cuerpo y su mente para que poco a poco se vayan enseñando y cuando crezcan su relación con la comida sea algo positivo y lo vean como lo que es: la manera de darle al cuerpo los nutrientes que necesitamos para estar saludables. Y así evitar que crezcan con prejuicios y miedos sobre la comida, además de hacer que sigan en conexión con su cuerpo para saber cuánto comer y dónde parar.
En Villa Educativa Evergreen sabemos lo importante que es la comida para el correcto desarrollo de los pequeñitos, por ello contamos con horarios de alimentación establecidos que son supervisados por el personal docente, menús establecidos por el IMSS libres de grasas saturadas, azúcares y harinas, asesoría de una nutrióloga especialista en menores así como también se proporciona hidratación durante la estancia y todos los alimentos son preparados bajo las normas de higiene. Cuidamos a tus bebés con mucho amor y dedicación, dando especial atención a sus necesidades para que puedas ir a trabajar con toda la tranquilidad.
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